EL SUEÑO DE PERSEO - CAPITULO I (II PARTE)

 

Eddy salió de la gran puerta de hierro de su edificio en la calle de la Escalinata.  Madrid  lucía hermosa en esa mañana de verano. Pasó frente a un Herbolario de producto natural, una tienda de minerales y por la Librería de la Escalinata. Casi no había gente en la calle. La ciudad estaba vacía por las vacaciones.  Llegó a la plaza Isabel II. Algunas palomas chapuceaban en una fuente y observó que el Teatro El Real  de la ópera, estaba en reforma. Se dirigió rápidamente al metro y diez minutos después ya estaba en la Gran Vía,

dónde vio que algunos camiones descargaban los productos en una bollería famosa. Cruzó la avenida  y entró en un edificio moderno pero con su fachada

de fines del siglo XIX,  de vidrio  negro. Observó el cielo. Era de un azul claro muy peculiar “ Es el cielo de Velázquez”  pensó y entró en el edificio.

Al entrar en la oficina, su secretaria, una mujer aún joven de unos treinta y tantos años,  le recibió con una sonrisa.

 

-         Buenos días, Sr. Eduardo,  su padre ya está en la oficina y lo espera.

-         Gracias Carmen  – respondió – sólo organizaré algunos papeles y ya voy junto a él.

 

Se dirigió hacia la mesa de escritorio de caoba. En la oficina, los amplios ventanales daban a la gran avenida. Los cortinados eran de color crema, y algunos retratos de familia daban el broche de oro a la decoración moderna y a la vez algo tradicional.

Bebió un vaso con agua y se sentó en el escritorio. Pensó inmediatamente en su querida amiga Mina. Le gustaría hablar con ella y comentarle el sueño –extraño sueño- que había tenido..

En realidad, durante el viaje en metro hacia la oficina no había dejado de pensar en el sueño que tuvo y se preguntaba – con mucho interés – lo que querría significar..

Encendió el ordenador y se dispuso a enviar un correo electrónico a su amiga.

Miró la ventana un momento y escribió:

 

 

“Querida Mina:

 

Espero que estés bien. He estado pensando mucho en tí. Tuve un sueño un tanto extraño con una playa , en un lugar desconocido donde me encontré acostado a orillas del mar viendo una constelación de estrellas. Me  desperté sobresaltado. No sé lo que quiere decir..En fin, el futuro me lo dirá. La familia está toda en Ibiza desde el martes, excepto Papá y yo que vamos este fin de semana.

¿Y tú?  ¿Cómo estás? Espero que bien. Envíame noticias. No he sabido nada de ti desde la semana pasada.

Besos. Te quiere

Tu amigo

Eddy”

 

 

Envió el correo y  observó los edificios de la Gran Vía pensando en su amiga brasileña. “Quien hubiera imaginado – pensó – que un año atrás estaría corriendo en Leblon e Ipanema antes de ir al trabajo. Un sentimiento de “saudade” – nostalgia, melancolía – se apoderó de él por un segundo. Echaba de menos su vida pasada y echaba de menos la compañía de Mina. Desechó esos pensamientos y se dirigió a la oficina de su padre. Afuera el sol brillaba con mucha intensidad.

 

 

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