sexta-feira, 5 de fevereiro de 2010

RIO DE JANEIRO


Eddy cerró los ojos y sintió la brisa fresca proveniente del mar. Observó las olas y las embarcaciones que surcaban el horizonte. Estaba de vuelta a Río de Janeiro, a la ciudad donde había pasado momentos maravillosos. Una parte de su vida lo había pasado aquí y había sido tan placentera. Volver a Río era como regresar a la luminosidad de la naturaleza, al eterno verano, la calidéz de la amistad de Mina y encontrarse con el mar, ese mar único de esta tierra, inmenso, eterno e inmutable.
Recordó una vieja música nativa y sonrió:

EL MAR
TRASPASÓ LA PASIÓN
CRUZÓ MIS OJOS
INUNDÓ MIS MANOS

Aquí se sentía realmente vivo, aquí podía ser él mismo, sin ambagues, sin máscaras, sin temores...Podía disfrutar en toda la esencia, su derecho de ser libre.

Extraído de EL SUEÑO DE PERSEO, (RIO DE JANEIRO, CAP.XI)

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