quarta-feira, 19 de agosto de 2015

BALADA PARA CECIL


En principio sentí el viento
Sobre mi vasta melena
Y subí a la montaña
A ver la grandeza de mi Reino
Un Reino inmenso
De naturaleza viva
Donde la armonía
Era el eje de nuestras vidas
Después enfrentamos enemigos
Extraños seres que parecían
Querer dominarnos.
Comprendí que querían eliminarnos
Tal vez para que fuésemos alimento
Para su subsistencia innata
Después comprendí, atónito
Y como por una extraña intuición
Que no querían comer mi carne
Querían matarme por placer
Inicuo y extraño placer
Entonces, tuve que ejercer mi poder
A pesar de la desigualdad de condiciones
Y lo hice, pues mi estirpe así lo exigía
Para sobrevivir y dar mi sentido
A la naturaleza animal al que pertenecía
Y, como un día, tuvo que suceder
Fui vencido por mil balas asesinas
Herido y fatigado, sucumbí
Pero jamás me dejé vencer
Y hoy, mi figura sobrevive
Como bastión de esperanza
Porque cuando se rompe la armonía
De la naturaleza

Sobreviene la desgracia.

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