Condúceme
Bondadosa luz
Entre las sombras que me cercan
En principio era sólo la inocencia
La alegría y la risa
Después, llegó el supremo don de la fe
Después la alegría de la esperanza
Y después, la caridad divina
Que todo lo abrasa, todo lo eleva.
Después, las tinieblas aparecieron
Y me rodearon de miedo y de penumbras,
De pesadillas y lamentos
Después, me rodeó el viento
Misterioso de la muerte
Y entró a través de las ventanas de mi vida
Y arrancó algunas hojas
Del árbol de mi existencia.
Pero, sigue conduciéndome
Bondadosa luz
Pues siguiendo la senda que me guías
Puedo llegar al maravilloso éxtasis
De mi alma inmortal.
No importa el dolor, ni el quebranto
Ni las pasiones, ni los recuerdos
Sigue guiándome
Hasta alcanzar el día brillante
La mañana bendecida
En que toda mi vida valdrá la pena.
Condúceme, bondadosa luz.
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