sexta-feira, 25 de dezembro de 2015

MEDITACIÓN DE NAVIDAD 2015



Por fin nos acercamos nuevamente en el camino de Belén. La jornada del año 2015 ha sido sumamente larga y difícil, pero, lleno de también nos encontramos mirando a la estrella que nos conduce al lugar donde nace el Redentor del Mundo.
Las Navidades son para muchos, momentos de recogimiento y oración y también momentos espirituales para desear lo mejor de nuestra alma a las personas que nos rodean, a aquellos con quienes mantenemos una relación familiar o de amistad, o de compañerismo, o demás lealtades, y también a nuestro semejante.
Si hemos pasado momentos de angustias, desesperación, desesperanza, tristeza o simplemente de monotonía, las navidades son días para agradecer al Niño Dios por mantenernos firmes en la fe, alegres en la esperanza y solícitos en la caridad.
La Navidad nos llama a vivir la pobreza predicada y vivida por el Señor y eso estriba en desprenderse de toda atracción materialista y consumista, en no fijar nuestra mente en aquello que se puede comprar y en lo que no se puede comprar, para elevar el corazón hacia Dios Niño y orientar nuestra vida a ÉL. El amor a la riqueza material desaloja, con firmeza el amor al Señor: no es posible que Dios pueda habitar en un corazón que ya está lleno de otro amor.
En vísperas de la Nochebuena y de la Solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor, estamos en recogimiento con María, en espíritu de oración. Sólo así podremos entender y tratar a Jesús. Con la humildad de la Sagrada Familia, acudiremos a Belén y contemplaremos la gloria del Señor.
Llegar a Belén es sentir la alegría de la esperanza en la eternidad y en el amor al Señor en su mayor potencia. El nacimiento del Mesías en nuestro corazón es un verdadero milagro que repetimos año tras año y con ese milagro deseamos a todos nuestros familiares, amigos y allegados, que el amor misericordioso de Cristo Jesús nos ilumine y nos conduzca, de acuerdo a su santa voluntad, hacia nuestro caminar por un año más que llegará con sus expectativas de sueños, esfuerzo y realizaciones.
Y pedimos a Dios que nos conceda compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana.


FELICES NAVIDADES 2015-2016

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