En Penzance, la noche del sábado estaba calurosa. Tres jóvenes decidieron ir al famoso Pub “Old Cornish” en la Battery Road, la avenida de la costa de frente al embarcadero. Numerosas personas se encontraban paseando por las calles cuando Eddy, Tony y Mina llegaron al pub. Debieron esperar pues la cola para entrar era muy grande. Charlaron animadamente en la puerta de entrada y media hora después pudieron entrar y encontrar milagrosamente una mesa con tres sillas. Tony pidió una cerveza. Mina y Eddy se decidieron por la famosa Sidra de Cornualles. La afluencia era muy heterogénea. Desde hombres barbados de mediana edad, quizá pescadores, hasta gente joven y animada charlando y riendo en medio de todo el bullicio. La cacofonía, lejos de ser molesta, era atrayente.
Tony parecía sentirse en sus anchas. Agradable compañía, pensó Mina, y un joven encantador. Eddy y él formaban un par increíble de gallardos compañeros. Riendo sin cesar, ambos contaban chistes y casos jocosos. Mina estaba fascinada.
La atención de Tony hacia ella en principio había escapado a los ojos observadores de Eddy, pero poco a poco, éste percibió que, sin duda, Tony y Mina estaban muy contentos de haberse conocido.
Sarah había llamado un par de veces y al parecer, sorprendida con la inaudita decisión de Tony de viajar el fin de semana a Cornualles.
Después del Pub, los tres jóvenes salieron a pasear por el embarcadero. La noche estaba estrellada y del mar podía sentirse una fresca brisa atlántica que energizaba a cualquiera.
TEXTO EXTRAÍDO DE " EL SUEÑO DE PERSEO " CAPÍTULO VI "ALBERTO"
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