terça-feira, 22 de maio de 2012

UNA MIRADA DE FE

DEVOCIONARIO
El proceso espiritual de mi vida ha pasado por varias etapas y por varias ayudas literarias. Libros de oración, misales, lecturas bíblicas, y un devocionario que un buen amigo mío me había dado de regalo en mi cumpleaños de 1993.
El pequeño librito marrón de hojas amarillas costaba de dos partes : Una, del texto de Tomás de Kempis, “La imitación de Cristo” y, la segunda parte de  un devocionario lleno de oraciones litúrgicas antiguas que pertenecen al depósito de la fe católica a través de los siglos.
Pues bien, este devocionario me había acompañado por casi veinte años. Había sido testigo de mis luchas intensas de devoción y de apostolado, de Vía Crucis y de contentamiento, de gran serenidad y tempestad emocional. Con las oraciones que me remetían a mi tierna infancia y a la de mis padres y mis mayores, el pequeño tesoro espiritual ha sido siempre, una fuente de aliento y de progreso de mi fe.
He ahora que lo he perdido. Simplemente como se pierden los objetos más entrañables de esta vida, como se pierde un tesoro. Tengo en la mente un buen número de oraciones y devociones, pero, la fuente misma de mi devoción, se ha perdido.
Al inicio me he quedado petrificado ante la posibilidad de que no pudiera seguir sólo sin mi “muletilla” que era el devocionario. Pero, por otro, me di cuenta que, en todos estos años de proceso espiritual ya era hora de conducirme solo por la larga y estrecha senda de mi fe.
Mi pequeño libro de oraciones quedará en mi memoria como un gran tesoro, una luz que me ha iluminado por las oscuras sendas , a veces tenebrosas, de mi fe. Ahora, ya puedo caminar con mis propias piernas.


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