sábado, 26 de maio de 2012

UNA MIRADA DE FE

SANTO ROSARIO
El mes de mayo es, tradicionalmente conocido en el ámbito de la espiritualidad, como el
mes de María. Y no existe oración vocal mejor para alabar a Nuestra Señora que el
Santo Rosario.
Esta “corona de rosas” entrelazadas con devoción por el Padrenuestro, el Avemaría y el
Gloria, es considerada como la oración más recomendada por la Iglesia.
El amor de la Virgen se manifiesta en nuestra vida de maneras muy diversas. En el
Santo Rosario, la piedad nos muestra en forma más perfecta y resumida, las verdades
fundamentales de nuestra fe cristiana. Con los misterios gozosos contemplamos la vida
de Jesús Niño y la de su Santísima Madre, así como la de la sagrada familia.
En los misterios dolorosos, nos pesa ver a Cristo en el camino del dolor y de la muerte
y, lo acompañamos por el camino de dolor, fruto de  nuestra propia Redención.
En los gloriosos, nos alegramos con Cristo Resucitado, con el Espíritu Santo y con la
manifestación de la Virgen María en su gloriosa Asunción y Coronación.
En los misterios luminosos, contemplamos la tarea de evangelización de Jesús y cómo
debemos mantener nuestra conexión espiritual con el Santísimo Sacramento del altar.
En esta plegaria mariana se funden la oración vocal y la meditación de los misterios
cristianos, que es como el alma del Rosario. Esta meditación pausada hace posible que,
con las mismas palabras, cada uno exprese su oración personal. Ayuda a rezarlo bien “el
meterse, como un personaje más”, dentro de las escenas que se consideran. Así
“viviremos la vida de Jesús, José y María”.
EL Rosario en familia es una fuente de bienes para todos, pues  atrae la misericordia del
Señor sobre el hogar.
Hay personas que dicen que no rezan el Santo Rosario porque “se distraen” mucho. Y
tomando las palabras del Papa Juan XXIII, diría que “ el peor Rosario es aquel que no
se reza”. Cuando el amor a la Virgen Santísima va en aumento, también nuestra
voluntad de rezar bien esta oración tan apreciada por ella, se perfecciona.
El Rosario tiene la ventaja de que puede rezarse en cualquier parte, en la Iglesia, en la
calle, en el coche...solo o en familia, mientras se espera en la sala de visitas del médico,
o en la cola para retirar unos impresos. Pocos cristianos podrán decir con sinceridad que
no encuentran tiempo para rezar “la oración más querida de la fe cristiana”.
Esta oración es tan eficaz y grata a la Virgen, será en muchos momentos de nuestra vida
el cauce más eficaz para pedir, para dar gracias. También para reparar por nuestros
pecados.
Bendita monotonía de Avemarías que purifica la monotonía de nuestros pecados!


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