ESTADO DE GRACIA
Es aquel
estado en el que recibimos las inspiraciones divinas de una forma invisible.
Casi imperceptible a simple vista, es un estado leve de intensa profundidad
espiritual que nos lleva a dirigir nuestro corazón a Dios.
Fruto
inmanente de la oración, la mortificación y de los ejercicios espirituales, el
estado de gracia es consecuencia de una fe viva y fortalecida por la certeza
del amor a Dios hacia nosotros.
Con el estado
de gracia, nuestra vida se entrelaza con la caridad (hacia los demás), con la
esperanza (en la vida eterna) y, con una fe tan viva que modifica, intrínsecamente,
nuestro actuar en las realidades cotidianas.
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