quinta-feira, 17 de janeiro de 2013

2013


¡Y llegó más un año. Esta vez es el 2013. Como todo inicio de año, renovamos nuestras esperanzas y nuestros deseos para que sea un año venturoso y lleno de dádivas. Pero me pregunto: ¿Qué es un buen año? ¿Un año en que no nos enfermemos, que ganemos mucho dinero, que tengamos sólo momentos de placer y alegría, que perdamos peso, que logremos nuevos éxitos en todos los órdenes?

Un buen año es aquel en el que los desafíos de la vida, que todos debemos enfrentar, no nos tome de sorpresa, sino que preparados para la batalla. Que en nuestra “armadura” tengamos, en buenas dosis, todas las armas que necesitamos para luchar: fortaleza, firmeza, entrega, ardor, sueños, esperanzas y una gran porción de voluntad férrea que nos permita alcanzar nuestros objetivos y limar nuestros defectos.

Un buen año debe ser aquel que, si no hemos que enfrentar dificultades, al menos contribuyamos con nuestras actitudes a hacer el bien y sembrar la paz a nuestro alrededor. Un año en que nuestra fe se encuentre cada vez más fortalecida y protegida por el amor hacia el Hacedor Supremo.

Un año en que no cejemos en nuestros buenos deseos y que, si por desgracia fuéramos derrotados en algunas batallas, no nos dejemos derrotar por la tristeza y del desánimo.

Un buen año deseo para todos. Que el 2013 no nos sorprenda “durmiendo” en la lucha.

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