Los
piececitos descalzos, caminaban casi arrastrándose entre los escombros de su
ciudad natal: Aleppo, en Siria. El pequeño Ali, de apenas nueve años
acompañaba, como un autómata, a una pareja de extraños que lo ayudó a salir de
los escombros, tras un violento bombardeo
el día anterior.
Entre los
escombros, la mente de un niño que había perdido todo, casa, familia, amigos,
juegos de infancia; se encontraba sumida en un estado de shock increíble. Esa
inocente alma, todavía no conseguía elaborar preguntas simples como: ¿por qué
todo esto?, ¿Por qué a mí?, ¿Por qué a mi familia?, ¿Qué pasará conmigo ahora?
Lo cierto
es que el pequeño Ali cerró los ojos y en medio de las tinieblas y el polvo, se
olvidó de sí mismo.
Al día
siguiente, Mamud y Raika con su pequeño bebé en brazos, corrían desesperados
para alcanzar el grupo de refugiados que los llevarían a la frontera con el
Líbano.
Al ver lo
que parecía ser unas manecitas entre las piedras, Mamud corrió a remover los
escombros y rescató a Ali. Y entonces vino el largo peregrinaje hasta la
frontera; y entonces vino la esperanza de una nueva vida; pero, ¿Qué vida le
esperaba al pequeño Ali?
Sus padres habían
muerto el 21 de agosto pasado, en lo que se llamó “Ataque de armas químicas”.
El pequeño Ali sólo se salvó por estar
ese día en casa de sus tíos. La casa donde se escondía, también había sido
bombardeada por los aviones del ejército Sirio y toda su familia había sido
exterminada. Sólo Ali se había salvado.
Ahora, el
pequeño sobreviviente de una de las peores guerras fratricidas de Siria, está
jugando – inocentemente – en un campo libanés de refugiados sirios.
¿Qué será
de este niño? , y ¿qué será de tantos otros refugiados que han logrado
preservar sus vidas a pesar de perderlo todo?
No lo
sabemos. Para los que viven el infierno en la tierra, salir de él con vida es
como tocar las puertas del paraíso.
Y mientras
tanto, y a pesar de todos, el mundo gira y seguimos viviendo.
PS: Esta
crónica es ficticia, pero tengo la dolorosa convicción de que la realidad
sobrepasa la ficción y cuando eso ocurre, mi humanidad se estremece.
Nenhum comentário:
Postar um comentário