domingo, 20 de junho de 2010

EFEMERIDES DE LA HISTORIA



ASCENCIÓN DE LA REINA VICTORIA DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA
20 DE JUNIO DE 1837

Un día como hoy, de 1837, tras la muerte de su tío, el Rey WILLIAM IV, ascendía al trono inglés la Reina Victoria a la edad de dieciocho años. Empezaba así el período más feliz de la historia británica.
El Reinado de Victoria, gozne sobre el cual gira toda la historia política británica, se caracterizó por ser el más largo de la historia. La soberana reinó 64 años y fue el período más feliz de la historia inglesa. Durante su reinado, GRAN BRETAÑA conoció su época de mayor esplendor.
Aqui, transcribo cómo transcurrió ese evento, de la pluma de su mayor biógrafo, LYTTON STRACHEY, del libro QUEEN VICTORIA, 1922.

"When all was over, the Archbishop and the Lord Chamberlain ordered a carriage, and drove post-haste from Windsor to Kensington. They arrived at the Palace at five o'clock, and it was only with considerable difficulty that they gained admittance. At six the Duchess woke up her daughter, and told her that the Archbishop of Canterbury and Lord Conyngham were there, and wished to see her. She got out of bed, put on her dressing-gown, and went, alone, into the room where the messengers were standing. Lord Conyngham fell on his knees, and officially announced the death of the King; the Archbishop added some personal details. Looking at the bending, murmuring dignitaries before her, she knew that she was Queen of England. "Since it has pleased Providence," she wrote that day in her journal, "to place me in this station, I shall do my utmost to fulfil my duty towards my country; I am very young, and perhaps in many, though not in all things, inexperienced, but I am sure, that very few have more real good will and more real desire to do what is fit and right than I have."

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL:

"Cuando todo había terminado (la muerte del viejo Rey), el Arzobispo y Lord Conyngham pidieron un carruaje y se dirigieron con rapidéz de Windsor a Kensington. Llegaron al palacio a las cinco de la mañana y después de mucha dificultades fueron admitidos. A las seis, la Duquesa despertó a su hija comunicándole que el Arzobispo de Canterbury y Lord Conyngham deseaban verla. Ella se levantó, vistió su bata y fue, sola a la sala donde los mensajeros la aguardaban.Lord Conyngham se arrodílló y le anunció la muerte del Rey; el Arzobispo agregó algunos detalles personales. Viendo a sus dignararios curvados y murmurando delante de ella, supo que era Reina de Inglaterra.
Ya que la Providencia - ella escribió en su diario - ha querido asignarme a este puesto, daré todo de mí para cumplir mi deber para con mi país; soy muy joven, y talvez no tenga experiencia en muchos asuntos, pero no en todos; estoy segura, sin embargo, que pocos tienen tan buenas intenciones y deseos de hacer lo mejor, lo más digno y correcto que yo".

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