Desde anoche hay luna llena iluminando la tierra. Los ojos del planeta están dirigidos a Sudáfrica donde la “jabulani” (nombre oficial del balón del Mundial 2010) reina absoluta.
Es la 19 edición del Mundial FIFA de Fútbol. Desde que tengo memoria nunca he visto un evento deportivo de tamaña magnitud. El fútbol ya fue motivo de estudios avanzados que intentan explicar su increíble popularidad. Desde las estepas rusas a los desiertos australianos; desde las islas solitarias del pacífico a las extensas tierras asiáticas; desde las planicies y llanuras africanas al extenso continente americano y en toda Europa, donde nació este deporte, el primero en importancia global, el fútbol es el deporte más practicado en el planeta tierra.
Rompiendo barreras culturales, políticas, raciales, sociales, etc., el fútbol sin duda reina absoluto alrededor del orbe.
Quizá a través del fútbol y del Mundial, la humanidad ensaye una suerte de mancomunidad de amistad y camaradería. Es lo más cercano a la utópica sensación de hermandad que puedo ver en el mundo. Es lo que llamo el “milagro” de la humanidad.
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