domingo, 6 de dezembro de 2009

EL SUEÑO DE PERSEO (I)




Al disiparse la bruma, se encontró caminando en medio de un espeso y misterioso bosque. Un lugar extraño. Nunca había estado en un lugar así. Se dio cuenta de que caminaba descalzo sintiendo en sus pies blancos y delicados la humedad del incipiente rocío.
Era llevado por una fuerza misteriosa que lo conducía, no sabia adonde. Se preguntaba qué hacía en ese lugar y hacia donde iba. Pero seguía caminando.
La noche no estaba tan oscura, estaba en penumbras como iluminada por el plenilunio. Una ráfaga de viento fresco y agradable lo hizo estremecer.
El sendero era un tanto sinuoso. Los árboles, de un verde oscuro, no eran tan altos.
Por fin, el sendero lo condujo hacia una gran roca y así llegó a un peñasco alto y colosal y allí vio el mar majestuoso.
Se deslizó algo entumecido, por una especie de rampa de piedra y empezó a bajar por una escalera de rocas. Todo parecía fácil y agradable. Alrededor del camino vio algunas prímulas silvestres y muchos helechos.
La luna iluminaba el mar que era intensamente azul y las olas formaban una corona de espumas.
Antes de llegar a la playa, había una especie de plataforma de cesped verde. Allí se sentó y contempló el mar y la noche estrellada.
Se acostó en el cesped y escuchó el murmullo de las olas y se fijó en la via láctea y las constelaciones boreales. Parecía flotar en la paz de un mar inmóvil. Le llamó la atención una, en particular. Parecía tener la forma de una larga cabellera. Las estrellas tintileaban en ese formato femenil y grácil de pelo.
Volvió a mirar el mar y de repente observó en el horizonte los albores de un nuevo día. Sintió de repente una brisa cálida y una luz fuerte, muy fuerte que le impidió abrir los ojos.En ese momento, toda la calma y placidez que sentia dio paso a una sensación de peligro.Entonces tuvo la sensación de que no estaba solo.Alguien se aproximaba.
Se despertó bruscamente y algo sobresaltado.
Dos gotas de sudor perlaron su frente. “¿Qué significaría el sueño? ” Se preguntó. Los rayos del sol invadian la tranquilidad del dormitorio. “Es una hermosa mañana de verano” pensó. La familia debe estar disfrutando de las vacaciones de verano en Ibiza.

(FRAGMENTO EXTRAÍDO DE "EL SUEÑO DE PERSEO" - CAP.I)

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