domingo, 27 de dezembro de 2009

EL SUEÑO DE PERSEO (III)




“ IBIZA”

Las casas blancas de estilo mediterráneo desparramadas entre las montañas brillaban con el rabioso sol de agosto y parecían dormitar con el ruído de las olas suaves y la placentera sensación de aislamiento ante el inmenso mar azul.
En la playa de Las Salinas, la soledad fue rompiéndose lentamente por la llegada de los bañistas que querían aprovechar más un día estival.
Las vacaciones de verano entraban en la recta final. En dos semanas, terminaría la temporada veraniega y con ella, la isla de Ibiza en España regresaría a la normalidad. De relieve accidentado, la isla ofrecía paisajes de incomparable belleza. Sus ochenta mil habitantes llevan una existencia tranquila en los meses fuera de temporada, de septiembre a mayo. De junio a septiembre, la alta temporada veraniega acostumbra recibir muchos turistas de la península y de todo el continente.
En el suelo ibicenco se suceden bosques de pinos y almendros, higueras y olmos. También pueden encontrarse palmeras que reconocen la proximidad biológica de Africa y el soplo del viento.
Ibiza es una de las cuatro islas del archipiélago de las baleares. Su luz espléndida y mediterránea lo inunda todo. Para muchos, es un paraíso feliz. Su clima es benigno y en ella se disfruta de una perenne primavera.
Sus numerosas playas, atestadas de turistas se encuentran repletas de veleros y yates que surcan suavemente sus aguas azules.
La playa de Las Salinas, en el extremo sur de la capital de la isla, es famosa por su extensión, recibe millares de turistas y su puesta de sol es la más bella de la isla. Desde la avenida de la playa, callejuelas de piedra conducen a una especie de colina con casas de estilo mediterráneo, con calles estrechas y numerosas arboledas. En una de esas casas, rodeada de una gran terraza que daba al mar, se encontraba la Villa “Calá Blanc”. Tenía dos plantas, la famosa terraza, y un jardin que bajaba la colina hasta la entrada. El cesped verde, palmeras africanas y otras plantas rodeaban la piscina azul y circular. Todos los años, la familia Linares pasaba sus vacaciones de verano en esta casa. Todos los años la alquilaban por un período de uno a dos meses.

Fragmento extraído de "EL SUEÑO DE PERSEO" (CAP.VII IBIZA)

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