En estos días que anteceden a las Navidades y al fin de un año más en nuestras vidas, en estos días en que se multiplican nuestros deseos más profundos e íntimos de felicitaciones y de acción de gracias, de balances y de tantos sentimientos humanos que nos invaden pues son propios de estas fiestas, me gustaría desear a todos mis queridos familiares, amigos y conocidos unas navidades y un año de 2010 lleno de fuerzas para los grandes ideales, para mantener la fe, la caridad, la pureza, la generosidad, para salir de la indiferencia, de la culpa, del arrepentimiento. Que todos tengamos luz para ver y juzgar los sucesos de la propia vida y de la misma historia desde la perspectiva de la eternidad.
Que aprendamos a cada momento a dar gracias por tantas dádivas que recibimos y que a veces ni siquiera nos damos cuenta. Que nuestras vidas se enriquezcan con la alegría y la paz en nuestros corazones. Que no seamos sólo testigos del gran teatro de la vida, sino protagonistas principales de ella. Que podamos distribuir sonrisa y fortaleza a los que necesitan, que podamos hacer el balance del año que ha pasado y propósitos para el que comienza.
Tenemos una vida en el tiempo, en la cual nos encontramos ahora, y otra más allá del tiempo, en la eternidad, hacia el cual se dirige nuestra peregrinación.
Que todos tengamos un buen año. No deseo un año fácil sin problemas, porque los problemas forman parte de la vida. Deseo a todos vosotros un año de gracias especiales para fortalecernos cada vez más y con eso podamos enfrentar todos los percances, las tribulaciones, las incomodidades y todas las barreras que nos ofrece la vida, con éxito. Os deseo un año en que podamos convertir nuestras posibles derrotas en victorias, os deseo la gracia de vivir este año que comienza luchando como si fuera el último de nuestras vidas.
FELICES NAVIDADES Y UN PRÓSPERO AÑO 2010.
Agustín
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