terça-feira, 29 de dezembro de 2009

OMNIA IN BONUM

No existe frase que he aprendido en mi vida que me cause más confort que “Omnia in Bonum”- Todo es para bien...Todo, todo lo que nos sucede en la vida es para nuestro bien.
Es tan dificil a veces, cuando pasamos por dificultades, aceptar esta frase espiritual.
Creo firmemente que todo, aún lo más pequeño del universo, existe porque Dios lo sostiene en su ser. Si somos criaturas creadas por el Todopoderoso, entonces debemos tener fe en sus designios que, al parecer, son siempre misteriosos.
La fe y la esperanza juegan un papel preponderante en nuestra vida. Es lógico que la felicidad consista esencialmente en amar y realizar la voluntad de Dios. Pero me pregunto ¿cómo sé cuál es la voluntad de Dios para conmigo? No lo sé ni lo puedo saber claramente. La fe y la esperanza entonces cumplen con su función primerísima de fortalecer mi espiritu y ver –siempre que sea posible- como se manifiestan los designios de Dios a lo largo de mi vida.
Dice San Pablo que “todas las cosas cooperan para el bien de quienes aman a Dios”. El que ama a Dios sabe que pase lo que pase todo será para bien, si no deja de amar.Omnia in bonum. ¡Todo es para bien! Después de poner los medios a nuestro alcance lo diremos en la intimidad de nuestro corazón.
En estos últimos días del año que termina y en los comienzos del que empieza, nos desearemos unos a otros que tengamos un buen año. Pero,¿qué es lo que entienden muchas gentes por un “año bueno”, “un año lleno de felicidad”, etc?
Es, sin dudas, un año en que no suframos ninguna enfermedad, ninguna pena, ninguna contrariedad, ninguna preocupación, sino al contrario, que todo nos sonría y nos sea propicio,que ganemos bastante dinero, que los salarios se vean incrementados y el precio de los artículos disminuidos, que la radio nos comunique cada mañana buenas noticias.En pocas palabras, que no experimentemos ningun contratiempo.
Pero, todos sabemos que el nuevo año, como todos los demás, nos traerá alegrías y contradicciones. Cualquier año puede ser bueno si aprovechamos las gracias que Dios nos tiene reservadas y que pueden convertir en bien la mayor de las desgracias.No desperdiciemos un solo día. Y cuando llegue la caida, el error o del desánimo, recomenzar enseguida.
Y terminando, para no perder la costumbre, deseo un año de 2010 bendecido y feliz para cada uno de nosotros.

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