Cierta vez, He leído en algún lugar que, el verano que antecedió a la Primera Guerra Mundial, el de 1914, fue considerado largo y lleno de sorprendentes acontecimientos.
Este año, el verano boreal de 2011 está siendo, igualmente, sorprendente y largo por los acontecimientos singulares que se sucedieron y que continúan sucediendo, atragantándonos a la hora del desayuno.
Julio de 2011, no sólo quedará en la historia como el final de la serie cinematográfica de “Harry Potter”, sino también como el mes que convulsionó la tranquila sociedad noruega, pacífica y llena de armonía, ante un terrible atentado terrorista – nunca visto en ese país – que dejó como secuela muerte y caos en el centro de Oslo. Un terrorista – y esto es lo más sorprendente, un ciudadano del propio país, el noruego Anders Behring Breivik, de 32 años, con un odio multicultural y de extrema derecha, provocó la muerte de más de 70 personas y varios heridos.
El hecho de que un país pacífico como Noruega, no estuviera alejado de este tipo de atentados (tan comunes en otros países), nos ha dejado en estado de “shock”, y ha hecho que el mundo se preguntara cómo se podría evitar este tipo de catástrofes.
La respuesta sigue siendo difícil y compleja. La mentalidad y la educación rígida y prejuiciosa del ser humano, sigue dejando rastros de intolerancia, de miedo, de odio y de una total falta de razón en una Europa que afronta grave crisis económica y social por doquier.
La explosión en el centro de Oslo y la masacre de adolescentes a tiros en una isla próxima, alarmaron al mundo. Y nos preguntamos: qué modelos estamos ofreciendo a las nuevas generaciones? Si los ídolos de la música pop internacional dan muestras de que, tener éxito significa entrar en el mundo del alcoholismo y de las drogas, como la cantante británica Amy Winehouse, fallecida recientemente también en este conturbado verano, entonces nuestra sociedad está al borde del abismo.
Pero, también sé que no todo está perdido. También sé que la humanidad puede sorprenderse a sí misma con noticias agradables.
Tras los tristes sucesos, vienen otros más auspiciosos. Hoy, 27 de julio de 2011, Londres, la añorada capital cosmopolita de Inglaterra, marcó en un reloj en Trafalgar Square, que faltan 365 días para el inicio de los Juegos Olimpicos del 2012, y que el balón oficial, ha recibido el glorioso nombre de “ALBERT”.
El deporte internacional siempre ha sido un foro de unidad y de convergencia política y social para todas las naciones. Es mi plegaria, que nada turbe ni nada espante, este gran evento que se avecina y que traerá, como los anteriores, un poco de paz al mundo.
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