domingo, 31 de julho de 2011

INVIERNO DOMINICAL


La tarde se despereza
en medio de una niebla
invernal.
La soledad invade
los espacios, otrora,
llenos de luminosidad.
El mundo parece estar
sumido en un tedioso atardecer,
melancólico y sereno,
bucólico, pero algo tierno
y desprovisto de luces de neón.
El invierno dominical,
distribuye serenidad
A través de su grisácea
e ilusoria tranquilidad.
Es tiempo de meditar
Es tiempo de silencio,
de pensamientos,
de soñar,
de esperar y de anhelar:
la sempiterna felicidad.

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