sexta-feira, 21 de dezembro de 2012

MENSAJE DE NAVIDAD 2012


A MIS FAMILIARES, AMIGOS Y ALLEGADOS

Nos encontramos a las puertas de la Solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor. La luz de la estrella de Belén, que ha dado tanta inspiración durante estos dos milenios a la humanidad, sigue alumbrando nuestro camino. Y sigue alumbrando especialmente, a aquellos que la buscan, porque la luz está siempre allí, basta querer encontrarla y dejarse guiar por ella, para no perderse en el camino.

Durante todo el año de 2012, he sentido innúmeras inquietudes de naturaleza filosófica, religiosa y, acaso humana. Una de las grandes dudas que me tuvieron bien ocupado este año de gracia, fue la meditación sobre el tiempo que vivimos. No hay dudas – y ya lo dije tantas veces -, que vivimos un mundo agitado, ajetreado y sin tiempo para disfrutar de lo más esencial, que es aprovechar la vida. El tiempo es demasiado rápido para los que esperan, para los que sufren, temen, se alegran y, finalmente para los que aman. Sin embargo, a pesar de las vicisitudes de la vida moderna, de la tecnología, de las maravillas de la ciencia, aún tenemos dificultades para acompañarlo. Es necesario que volvamos la mirada hacia nuestro interior, y lo digo de verdad, porque sólo allí conseguiremos encontrar el atajo que nos conduce hacia lo que llamamos, la paz interior.

Y es en esta época de Navidad, donde la paz reina absoluta si la buscamos, es cuando nos detenemos a meditar los misterios del nacimiento de Nuestro Señor. La cátedra de Belén ha sido y, sigue siendo, el ejemplo más acabado de humildad, hermandad y caridad. De ella podemos sacar los frutos más ricos para enfrentar la vida. Ella nunca pasa de moda, ella siempre continua como el modelo de vida que nos traerá la felicidad, no aquella que da el mundo, sino aquella que viene del espíritu.

Como en todas Navidades, mi deseo es que, a todos los que me rodean y a sus respectivas familias, a la mía propia, a mis amigos y conocidos, a todo el mundo, quiero desear, desde el fondo de mi corazón UNAS NAVIDADES LLENAS DE PAZ Y DE ESPERANZA, y que el próximo año, nos sorprenda con buenas noticias, con interesantes proyectos personales, con alegrías sin límites y, sin debemos pasar por dificultades (pues éstas son inherentes a la vida misma) que tengamos toda la fuerza para luchar y salir victorioso de la contienda.

Que el Todopoderoso nos bendiga a todos y nos proporcione la alegría y la paz para todos los que amamos de verdad.

FELICES NAVIDADES 2012-2013

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