“Todo
está en ebullición: mi viaje, mis planes, mi futuro, las navidades.
Empiezo
esta última semana (hábil) del año con ímpetu increíble. El año está en la
recta final. Atrás quedaron los recuerdos, las tristezas, los “eternos
proyectos inacabados”.
Sin
dudas, 2012 entrará en mi historia personal como el año en que me he
reconciliado conmigo mismo. Ha sido un año excelente de trabajo, de vida íntima
tranquila, de miedos (en menor proporción) y de grandes, grandes alegrías. Eso
es lo más positivo – gracias a Dios – pues, ha sido el año en que no he “vivido
en peligro”. La propia vida me había mostrado que la vulnerabilidad forma parte
de la existencia humana.
2012:
año de bienes, año de jubileos, de centenarios, de inspiraciones y de
realizaciones. Un año en que pude inspirar, con todas mis fuerzas, las
bocanadas de mi voluntad y proyectar (en una gran expiración), un futuro
promisorio para el año que vendrá, DEO GRATIAS!”
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