El
sol pierde espacio
en
el báratro de nubes,
en
las lluvias alarmantes,
en
los deseos ocultos y amenazantes
Las
nubes cobran vida
Los
vientos bregan
Los
días se desperezan
en
un suave dulzor de fresas.
Es
el estío que se va
llevando
tras sí,
su caudal
de emotividad
Guardando
en el recuerdo
muchos
momentos de orfandad.
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