2015 o EL
AÑO EN QUE VIVIMOS EN PELIGRO
Sin duda
alguna, 2015 ya quedó en nuestra memoria como el año en que vivimos y nos
sentimos en peligro. Los terribles ataques terroristas del Estado Islámico en
Paris el pasado viernes 13 de noviembre nos dan muestra de lo que quiero
expresar.
Más allá de
la confusión, de la terrible impresión que dejó esta tragedia en nuestras vidas
y en nuestro cotidiano, los ataques cobardes y bien orquestados por ese grupo
terrorista nos ofrece una dura realidad de que estamos viviendo en un siglo en
que, si las potencias occidentales no se unen para combatir ese grupo,
tendremos muchos más tragedias que lamentar en el futuro.
“Francia
está en guerra” lo dijo firmemente el Presidente Francés Hollande ante la
Asamblea Nacional (El Parlamento francés) el lunes 16 de noviembre. Pero, esta
guerra y me horrorizo al decirlo, puede ser el preludio de batallas terribles
que nos esperan. No hay remedio. El Estado Islámico se utiliza de las redes
sociales, implantando el terror y el miedo a la cultura y la civilización
occidental y debemos elaborar una estrategia muy bien definida que va más allá
de bombardeos indefinidos y aislados en el territorio Sirio. Por otro lado, se
vislumbra una coalición occidental que incluiría a Rusia, ya que este país
también ha sido víctima del ataque terrorista a un avión turístico en Egipto.
Todo esto se traduce en un impase que deberá ser zanjado inmediatamente: Qué
hacer con el Presidente Sirio Basher El Assad?. El Presidente ruso lo apoya y
los Estados Unidos y aliados no lo quieren para el futuro de Siria. Si se
soluciona este impase, la coalición occidental con Rusia será un hecho y será
un gran avance para derrotar, en tierra, al ISIS.
Queda otra
cuestión espinosa por solucionar: Qué hacer con los refugiados? Ellos deberán
pagar por los terroristas siendo víctimas de ellos? Es necesario cerrar las
fronteras europeas? Son preguntas que la Comunidad Internacional, especialmente
la europea deberá formularse y encontrar una solución.
Para
nosotros, expectantes de ese gran teatro Internacional nos resta una sólo cosa:
rezar por la paz!
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