domingo, 29 de novembro de 2009

ADVIENTO: TIEMPO DE ESPERANZA



Hoy, primer domingo de adviento, el coro de voces y el sonido del órgano del ORATORIO DE NAVIDAD de Johannn Sebastian Bach inundan mi casa. En la sala, una pequeña “Corona con cuatro velas rojas” esperan el nacimiento de la primera estrella de la noche para ser encendida. La corona simboliza este tiempo litúrgico de preparación para las navidades : El adviento, tiempo que precede a la gran fiesta de la Natividad de Nuestro Señor.
Adviento es espera, es tiempo de esperanza. Con los símbolos materiales me preparo cada año para la gran fiesta de la cristiandad.
Adviento también simboliza un camino, aquel camino en tinieblas, cuando arrastramos los pies por kilómetros y kilómetros, alargando ávidamente la vista hacia una luz en la lejanía que representa de alguna forma el hogar. Esa luz, es la luz de la esperanza por el nacimiento del redentor, que, una vez más, nacerá en nuestros corazones si así lo permitimos.
En este tiempo acostumbro prestar atención en varias metáforas que rodean nuestra vida: ejercer más la caridad, tener más paciencia (y sólo Dios sabe cuánto me cuesta!) externar más la alegría por la llegada de las navidades que es, en sí, un tiempo de alegría.
Que este tiempo nos ayude a dar más de uno mismo, a practicar la generosidad sin esperar nada a cambio y a amar, amar mucho, porque - como escribió Clarice Lispector – “amar es la única salvación individual que conozco”.
Si el amor es paciente y benigno, si es agradable y no tiene envidia, si abre nuestro corazón, entonces, podríamos, aunque en pequeñas dosis, prepararnos para vivir unas NAVIDADES especiales.
Esta noche de este primer domingo de adviento, al encender la primera vela de la corona, elevaré una oración por todos aquellos que, de cierta forma, están presentes en mi vida, y rezaré por la humanidad, para que todos juntos podamos encontrar esa “gran luz” que nos ilumine y nos llene de amor.

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