sexta-feira, 20 de novembro de 2009
GUILHERMINA Y EL MAR
" A esas horas de la mañana el mar adquiría un verdor claro y las olas eran más espumosas. Una joven y guapa mujer de pelo rizado, muy atractiva, elegante, de pelo oscuro, ojos negros como café y bronceada por el sol contemplaba el mar y hacía ejercicios de relajamiento sentada en un banco de piedra de la playa de Copacabana. Después, con una botella de agua en la mano, empezó a caminar por la acera tan famosa conocida como "o calçadão de Burle Marx".
Caminó hasta Leblón pasando por la playa de Ipanema. El ritual lo hacía todas las mañanas, excepto si llovía. Adoraba recibir la energía del mar antes de dedicarse a sus tareas cotidianas.
Otro ritual era caminar y perderse por la ciudad. En realidad nunca podría perderse, pues ella misma era la ciudad. Río de Janeiro y Guilhermina eran una sola alma, un sólo corazón"
(Fragmento extraído de "EL SUEÑO DE PERSEO")
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