quarta-feira, 4 de novembro de 2009
PLANTAR UN ARBOL
Siempre escuché que un hombre tenía que hacer tres cosas en la vida: Escribir um libro, tener un hijo y plantar un árbol. No he hecho ninguna de las tres y ni si lo haré algun día. A veces, no dejo de preguntarme cuál de las tres sería más dificil. Muchos dirán: ¡tener un hijo!, o ¡escribir un libro!. Bien, tengo mis dudas. Escribir un libro, por cierto, no es tarea fácil y exige un gran esfuerzo mental e intelectural. ¿Tener un hijo? ; también exige mucho esfuerzo y dedicación. Pero, nadie cree que plantar un árbol sea dificil. No me refiero al hecho de colocar la semilla de una planta con los abonos requeridos y ya está. Me refiero a plantar, cuidar y esperar hasta que el árbol crezca y se trasforme en un verdadero exponente perenne y vital de la grandeza de la naturaleza.
Plantar un árbol tendría para mí una importancia vital en este mundo tan depredado y castigado por nosotros mismos. ¡Qué orgullo sentiría yo a ver un frondoso árbol plantado por mí hace muchos años, transformarse en un coloso surtidor de sombra y sueño!.
Las tres cosas son importantísimas, pero creo que plantar un árbol me haría parte de la propia naturaleza, pues colocaría mi grano de arena en defensa del planeta.
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário