segunda-feira, 29 de março de 2010
MI CRISTO ROTO
Asustado contemplando
tu divino rostro;
tan ajado
por los males de este mundo.
Elevo una pequeña
e humilde plegaria
Oración suave y profunda.
Oración que nace
de mi alma de niño, de joven, de hombre,
de hijo;
de mi profundo corazón.
Oración,
pidiéndote
que te apiades de nosotros
Que somos, sólo,
tan sólo un vaso de barro roto.
Roto, mi Cristo roto
Roto de dolor
y de escarnio.
Roto de desamor.
Mi señor,
que de tus llagas,
emanen el dulzor de la salvación
Que de tu inmensa bondad
podamos absorber
la divina misericordia
de tu infinito amor.
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