quarta-feira, 2 de novembro de 2011
EL REVOLUCIONARIO QUE AMABA BRAHMS
Recientemente fue lanzado en CD, por la Filarmónica de Berlín, regida por Simon Rattle, “la Quinta Sinfonía de Brahms” en una versión de Arnold Shoemberg, quien lo recompuso 70 años después del original del compositor, datado en 1861.
Se trata de un Cuarteto para piano y cuerdas, Opus 25. Lo que sorprendió a sus contemporáneos (y particularmente a Shoemberg) fue la manera libre con que Brahms trabaja los fundamentos de lo que se consideraba “música gitana”: las alternancias entre lo melancólico y las exuberantes danzas, entre el rápido y vertiginoso virtuosismo y los lentos nostálgicos.
¿Cómo un revolucionario del Siglo XX como Arnold Shoemberg hizo esto? Porque amaba Brahms y particularmente esta obra, y porque pensaba que el cuarteto sufría de un problema estructural. Ya es difícil combinar con sabiduría y buenos resultados, los timbres de las cuerdas con el del piano. Las cosas empeoraban – decía Shoemberg- cuando a era el pianista que lo ejecutaba era muy bueno. En ese momento es que la obra se desequilibra definitivamente. Entonces, Shoemberg la orquestó para eliminar ese desequilibrio estructural.
El resultado fue el reencuentro de la “Quinta Sinfonía” de Brahms, que ahora recibe la maravillosa interpretación de la Filarmónica de Berlín.
Aparte del imponente “Allegro inicial” y del intenso “intermezzo”, el “Andante con moto” gana aires mahlerianos, y el “rondo alla zingarese” se convierte en danza húngara.
El CD todavía incluye una obra de Shoemberg : El acompañamiento para una escena cinematográfica Opus 34.
Un triunfo, un CD que consigue un equilibrio exacto entre lo conocido y lo desconocido, entre lo antiguo y lo nuevo.
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