sexta-feira, 16 de dezembro de 2011
TIEMPO Y VIDA
Podría ser un momento cualquiera, en cualquier país del mundo, un encuentro normal como se da entre amigos, a cualquier instante. Sin embargo, la tónica diferente fue el tema discutido y esgrimido en medio de un delicioso café. Los cafés suelen ser “la universidad del pueblo” como dijo un filósofo español del siglo XX.
Y, casi sin querer surgió el tema: el tiempo y la vida. Ese tiempo, comúnmente dividido en horas, días, meses, años, fechas, etc., o sea la invención humana para intentar retener la vida misma.
Mi amigo me dice que él nunca se entretiene a pensar en el tiempo. Desconoce la edad de sus seres queridos más allegados, y a veces, tiene dificultad en recordar su propia edad; siente una confusión con las fechas, y siempre ignora la fecha actual. Eso me sorprendió y me llamó la atención.
Yo le dije, entonces que jamás me levantaba sin saber la fecha en que estaba. Al despertarme, el primer pensamiento que me viene a la mente es la fecha: hoy es sábado tanto, del mes tanto, del año tanto. Y así, consigo elaborar y estructurar toda mi vida.
Fui más adelante en mi explicación. Le dije que, sin causar estrés, me dispongo siempre a “atrapar e intentar controlar” el tiempo. A través de mi diario personal, escribo todas las noches todo lo que me ha pasado y elabora un complejo sistema de comparaciones de fechas para no olvidar jamás un compromiso, un cumpleaños o un aniversario que sea digno de ser destacado.
Entonces, he escuchado de mi amigo algo que nunca nadie me lo había dicho. El hecho de querer tener un cierto control de mi tiempo, era debido a que yo vivía la vida intensamente. Cada detalle de la misma era considerado con un nivel de importancia increíble. Un momento, una sonrisa, un paseo, un escrito, etc., cualquier evento, por insignificante y sencillo que sea, adquiría, para mí, un interés memorable. Y eso hacía que yo corriera a transcribirlo en mi diario.
Sorprendido, escuché con atención y me di cuenta que mi amigo le dio al blanco. Era exactamente eso lo que hacía que, el tiempo de mi vida, estuviera entrelazado por innúmeros acontecimientos triviales o complejos que hacía de mi existencia una realidad singular y tan fuera de lo común.
Filosofar en un Café, en una hora cualquiera, de un día cualquier, es sin duda un acontecimiento digno de ser destacado, escrito en las páginas de mi vida y guardado en las cámaras secretas de mi consciencia.
Mi vida adquiere un matiz especial a cualquier momento del tiempo en que se desarrolla. Es un placer más de la aventura maravillosa de vivir.
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