sexta-feira, 30 de março de 2012

BREVE REFLEXIÓN SOBRE EL OTOÑO

Creo que ya he hablado anteriormente sobre el cambio de la estación del verano al otoño. Hasta ahora he visto algo de ese cambio y como parece influir, además de la meteorología, también en el ánimo y en el ambiente en que vivimos.
Ya hablé sobre cómo me agrada la luz otoñal. Esa luz difusa y oblicua como la llamo, esa luz que nos da la sensación de algo bucólico, suave y placentero. Muchas veces me pregunté si esa era la visión que quería tener siempre. Muchas veces estuve en dudas. Si bien, la luz de otoño es suave y algo melancólica, la luz del verano es enérgica y soberbia. Creo que eso me gusta más.
A parte del cambio de la naturaleza, visible a simple vista, existen otros que me agradan en esa época del año. Por ejemplo, veo que los vientos frescos nos ayudan a hacer un balance de todos los abrigos y blusas de media estación y lo sacamos para ventilarlos y usarlos. Me agradan, además, las noches frescas, los colores oscuros y fuertes de las vestimentas nocturnas, los vinos y las bebidas calientes. Un buen vino, un buen café y un buen chocolate caliente es una buena pedida para las noches otoñales.
Hay también otra circunstancia agradable: las reuniones nocturnas proliferan y son muchas más animadas. Las risas, ciertamente parecen ser más agradables al aire libre, pero durante el otoño están acompañadas de intimidad y suavidad que hacen placentera nuestras vidas.
Es así como me imagino el otoño. Además, no nos olvidemos que la gran fiesta de las Pascuas de Resurrección ocurre en esta época. Un período, ciertamente, de luz y alegría.

Nenhum comentário:

Postar um comentário