El silencioso color,
ocre naranja
se mezclaba con el azul atmosférico.
En el cielo,
sólo la estrella matutina brillaba
cuando la ciudad se desperezaba
Apenas acertaba su posición
al promediar más una mañana.
Es un nuevo día naciendo,
en el fragor de la euforia
el ruido callejero susurra la rutina,
las luces se encienden
y veo, por mi ventana,
el renacer de la vida.
A lo lejos, un avión aterrizaba
El sol se avecinaba,
el trafico abrazaba
a la ciudad cansada.
Más un día renacía
en medio del estío que reflejaba
la armonía, la ilusión y la fantasía:
¡el albor de la vida!
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