Estaba caminando por la calle, caminando rápido pues el tiempo apremiaba. Giré una esquina y sentí un olor a flor silvestre mezclado con agua de lluvia. Inmediatamente algo se encendió en mi cerebro y accionó recuerdos de mi infancia.
Hice un viaje mental por unos segundos, por el largo corredor de la gran casona de mi niñéz. Me senti inmensamente feliz y me pregunté si eso de permitir - de vez en cuando - que el pasado asome a la ventana de tu vida, no es una catapulta para que reacciones y te sientas feliz?
Por un breve espacio de tiempo - y qué misterio hay en todo eso!- viajé por las sensaciones, olores e imágenes de mi existencia. Mi otro "YO" que ha vivido y ha sentido emociones imperecederas reaparece por breves instantes como un milagro. La vida habia sido tan fácil desde entonces.
Al reacender la luz de mi memória, me doy cuenta del bagaje emocional que se oculta en al baúl de los recuerdos. Menos mal que son buenos...y placenteros!.
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