quarta-feira, 25 de abril de 2012
DE OTOÑOS Y OTROS ABRILES
Esta mañana, mientras corría por las calles de la ciudad, entre el radiante sol otoñal y una brisa fresca y suave propias de la estación, sentí el revoloteo de algunas hojas secas que parecían bailar suaves como plumas, o como bailarinas de un ballet natural y bucólico que se movían entre los luminosos rayos del sol de otoño que demostraban, con armonía y docilidad, el maravilloso misterio del preludio invernal.
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