sexta-feira, 18 de março de 2011
PRELUDIO DE UNA NUEVA ESTACIÓN
En una mañana nublada y algo fresca , durante las postrimerías del verano, estuve corriendo con una colega de entrenamiento a tempranas horas de la mañana, en el parque. Ella me contaba que, desde pequeña, odiaba el invierno, odiaba los días grises y fríos y sólo se sentía bien en primavera y en verano, con la luminosidad radiante de los días de sol.
Cierta vez, mi colega fue a una pequeña ciudad del interior y se hospedó en un hostal, que en portugués lo llaman “pousada”. Era un lugar especial, ya que la propietaria era una especie de “expert” en energías, piedras mágicas, cromoterapia y otras yerbas. Cierto día, había amanecido día nublado y ella se había quejado del tiempo. La mujer del hostal le dijo entonces de que siempre debíamos aprender de la naturaleza. Existen cuatro estaciones y cada una de ellas tenían una razón de ser. Todo en el universo y en la naturaleza existe un lazo que nos une, un lazo de energía vital. En el otoño– dijo la expert- si observamos detenidamente, notaremos que ella empieza a preparar el ambiente para el largo invierno. Las hojas caen amarillas y maduras, los árboles adquieren otra tonalidad madura y fuerte para resistir el tiempo que vendrá; ya en el invierno, la naturaleza se recoge, en silencio, como si fuera una meditación; en primavera se abre con alegría en un caleidoscopio de colores y sensaciones para brillar con toda su intensidad en el verano.
La propietaria del hostal dijo entonces a mi colega:
- Por qué no observas mejor todo lo que te rodea y empieza a hacer lo mismo?. Cada estación tiene su tiempo y su espera, tiene sus bemoles. Si imitamos a la naturaleza, nos daremos cuenta de su milagrosa armonía y belleza y eso lo traspasaremos a nuestras vidas. Pruébalo y verás como pensarás diferente.
Mi colega aceptó la sugerencia y así lo hizo. Ella me dijo que ahora aprecia mucho mejor las estaciones y a cada cambio de ellas se siente tranquila y expectante.
Al escucharla hablar de todo eso, empecé a observar el color de los árboles. Las hojas empezaban a caer lentamente y el cielo nublado parecía querer cubrir el tímido rayo de sol que hacia esfuerzo para aparecer. La nueva estación estaba llegando, y con ella, una nueva esperanza. Es el milagro de la naturaleza.
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