Difícil
imaginar que el año está llegando a su recta final. Atrás quedan recuerdos,
alegrías, tristezas, asombros, amores y pasiones desbordantes; quedan luchas fraguadas
contra uno mismo, desafíos vencidos y por vencer, planes conquistados y por
conquistar, sueños, ilusiones, miedos y risas. Quedan además, muchos deseos de
seguir adelante, de lidiar con los defectos propios y los ajenos, de vencer
resquemores, de utópicas batallas por un planeta más sustentable y saludable y,
por sobre todo de continuar siendo observador de este mundo en que vivimos y
tratar de hacerlo mejor y más humano.
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