sábado, 20 de agosto de 2011
EL SUEÑO DE PERSEO
El ambiente le era tan familiar que caminaba rápidamente por el sendero sinuoso de piedras y espesa vegetación en dirección al mar. Por el sendero se sorprendió con la abundancia de flores : hortensias, camelias, macizos , bambúes. Luego pasó por una pared de hiedra trepadera y algunas palmeras muy altas. El viento soplaba suave entre los altos olmos que se erguían en medio de un lecho rocoso de musgos y helechos.
Mientras caminaba escuchaba el ruido de las olas a lo lejos que golpeaban las rocas. Se dirigió por una especie de escalera de piedras y llegó a un alto peñasco donde pudo divisar la inmensidad del océano atlántico.
“LOGAN ROCK”. La playa de sus sueños. Recordó nítidamente cada detalle del lugar . La arena refulgía bajo los rayos del sol. La marea estaba baja y dejaba ver una ensenada pequeña pero increíblemente bonita.
Desde el promontorio, Eddy tuvo la visión de toda la playa que se extendía delante de él. El horizonte inmenso : Land’s End , el “fin de la tierra”. El lugar más occidental de las islas británicas. El espectáculo ciertamente era grandioso e impresionante.
Bajó lentamente hasta la playa. Se sentía como un conquistador que llegaba a su destino, a su objetivo final.
Llegó a la playa y más sorprendido aún vio una plataforma de césped verde antes de llegar a la playa. Un pequeño y viejo banco de madera parecía ser el único testigo de ese lugar – pensó Eddy – “algo mágico”.
Al encontrarse allí, sólo, frente al mar, se sintió henchido de alegría y una paz que hacía tiempo no experimentaba. Le pareció que era “su lugar”, como si siempre perteneciese a ese lugar...Él, sólo él, él y el mar...sin testigos...un sueño relajante y tonificante.
(EXTRAÍDO DE "EL SUEÑO DE PERSEO"- CAPÍTULO V "LAND`S END")
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