terça-feira, 9 de agosto de 2011
ENTRELAZADOS
En el silencio
de la noche oscura,
una luz de amor nos envolvía
Los cuerpos entrelazados,
mareados de sudor
El rocío no se atrevía
ni siquiera a mojar este ardor.
Voces entrecortadas
murmuraban palabras de amor
Nada más nos importaba,
que los latidos del corazón
Las sombras de nuestros cuerpos
tiritaban de ansiedad
Es el amor, en su máximo esplendor,
fundiéndose en un efímero momento,
de suprema eternidad.
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