UN ENCUENTRO INOPINADO

Viernes, 17hs. La avenida Paulista expresa el pulsar de todos los viernes, es decir correría, tráfico intenso, gente caminando deprisa, tal vez, queriendo llegar rápido a casa tras una semana intensa de trabajo..En fin, todo se repite.

Sin embargo, al entrar en la “LIVRARIA CULTURA” del Conjunto Nacional, quizá el corazón cultural de la ciudad, siento un ambiente calmo y placentero. Rodeado de libros, tantos libros, me siento plenamente feliz, me siento como en casa. Sin darme cuenta, voy caminando en medio de obras universalmente conocidas, ya sea en prosa o en verso. Entonces me detengo en un lugar específico de literatura española. Los viejos “amigos” escritores de mi infancia, de mi adolescencia, de mi juventud salen a mi encuentro. Entonces veo una obra de Don Benito Pérez Galdós, veo una ANTOLOGÍA POÉTICA de Lorca o de Jorge Luis Borges, y mi corazón empieza a latir más rápido.

Con los dedos voy leyendo a los autores y los libros: Eduardo Galeano, Antonio Machado, Julio Cortázar con su célebre RAYUELA; Vargas Llosa con su nueva obra : EL SUEÑO DEL CELTA…

Me detengo hacia un nombre que no conocía, la de la chilena Isabel San Sebastián que ha escrito una obra enorme: IMPERATOR, sobre el imperio romano y pienso que debe ser interesante.

Sigo mi mirada y descubro, asombrado una obra de Quevedo y Villegas y pienso: ¡“Por Dios, hasta los clásicos de mi niñez”!. Sigo viendo obras de Leopoldo Marechal, Elena Sainz Morena (gran poetisa española con su libro de poemas “ LA ROSA INGLESA”. Don Miguel de Unamuno y, claro, como era de esperarse los dos grandes nombres de la literatura hispanoamericano: Gabriel García Márquez y Miguel de Cervantes y Saavedra con el clásico DON QUIJOTE DE LA MANCHA.

Había también obras de autores extranjeros traducidos al español: el clásico LA ENEIDA de Virgilio, EL RETRATO DE DORIAN GRAY de Oscar Wilde y la inglesa (una de mis favoritas): Rosamunde Pilcher con la obra SEPTIEMBRE.

En fin, tantas obras, tantos recuerdos y afuera era toda cacofonía. Mi espíritu, simplemente empezó a divagar en medio a esos tesoros del saber que forman parte de mi pasado, mi presente y mi futuro cultural. Todo era perfecto…¡Si pudiera quedarme en medio de ellos para siempre!