domingo, 4 de janeiro de 2015

EL ROSTRO DE CRISTO



Muchos de nosotros quedamos un tanto confusos cuando se habla sobre el tema MILAGROS. En nuestra época tan agitada por la tecnología y la comunicación rápida que nos somete a un materialismo frio y racionalista, el hablar de “esos” temas, suena anacrónico. Pero creo, también que se trata de una falta de observación en todo lo que nos rodea, especialmente en el tema espiritual.
A veces caigo en esa especie de “racionalismo” que la modernidad me impone, como a todos los demás. Pero, cuando me dejo llevar por la espiritualidad que me es característica, entonces aparecen algunas señales que los califico como milagros.
El último sucedió en el día de Navidad. Estaba buscando por el canal de cable alguna película alusiva a ese día tan importante y apareció una cuyo título me había llamado la atención: EL CIELO EXISTE, o algo así. Empecé a verla y pronto el espíritu – el milagro – de la Navidad era una realidad. La historia – real – de un niño estadounidense que enfermó y entró en coma, había ido al cielo, vio un coro de ángeles y vio – cara a cara – a Jesucristo. Cuando el niño volvió del coma, empezó a contar a sus padres la experiencia por la que había pasado. Dijo que se había sentado en el regazo de Cristo y que había conocido al abuelo de su padre. El padre del niño – que era un pastor protestante – le preguntó, intrigado, cómo era el rostro de Cristo. Le mostró todos retratos bíblicos de la figura de Jesús y el niño decía que ninguno de esos rostros representaba a Cristo.
El padre, perturbado, empezó a investigar sobre los fenómenos llamados “post-muerte” y leyó sobre la historia de una joven que empezó a pintar a los cuatro años de edad, inspirada por un ángel que se le aparecía en sueños. La niña se convirtió en una adolescente pintora y famosa por sus cuadros increíbles. Cierta vez, la pintora preguntó al ángel que cómo era el rostro de Cristo. Al día siguiente, apareció en el umbral de su puerta un carpintero, que le dijo que él sería su modelo para el retrato que ella estaba buscando. Ese era el rostro de Cristo.
Cuando el padre del niño estadounidense, mostró a su hijo ese cuadro pintado por la niña, el niño dijo que “ese” era el rostro de Cristo que él había visto en el cielo. Esto es lo que yo llamo de MILAGRO. Por qué milagro? Porque el milagro ocurre cuando un acontecimiento – aparentemente una coincidencia o acaso – provoca en tu alma un profundo alivio y paz espiritual. Si estamos atentos a las señales a nuestro alrededor, ciertamente seremos capaces de percibir esos milagros que ocurren todos los días en nuestras vidas.
Este es el famoso retrato de Cristo.


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