Muchos de
nosotros quedamos un tanto confusos cuando se habla sobre el tema MILAGROS. En
nuestra época tan agitada por la tecnología y la comunicación rápida que nos
somete a un materialismo frio y racionalista, el hablar de “esos” temas, suena
anacrónico. Pero creo, también que se trata de una falta de observación en todo
lo que nos rodea, especialmente en el tema espiritual.
A veces
caigo en esa especie de “racionalismo” que la modernidad me impone, como a
todos los demás. Pero, cuando me dejo llevar por la espiritualidad que me es
característica, entonces aparecen algunas señales que los califico como
milagros.
El último
sucedió en el día de Navidad. Estaba buscando por el canal de cable alguna
película alusiva a ese día tan importante y apareció una cuyo título me había
llamado la atención: EL CIELO EXISTE, o algo así. Empecé a verla y pronto el espíritu
– el milagro – de la Navidad era una realidad. La historia – real – de un niño
estadounidense que enfermó y entró en coma, había ido al cielo, vio un coro de
ángeles y vio – cara a cara – a Jesucristo. Cuando el niño volvió del coma, empezó
a contar a sus padres la experiencia por la que había pasado. Dijo que se había
sentado en el regazo de Cristo y que había conocido al abuelo de su padre. El
padre del niño – que era un pastor protestante – le preguntó, intrigado, cómo
era el rostro de Cristo. Le mostró todos retratos bíblicos de la figura de
Jesús y el niño decía que ninguno de esos rostros representaba a Cristo.
El padre,
perturbado, empezó a investigar sobre los fenómenos llamados “post-muerte” y
leyó sobre la historia de una joven que empezó a pintar a los cuatro años de
edad, inspirada por un ángel que se le aparecía en sueños. La niña se convirtió
en una adolescente pintora y famosa por sus cuadros increíbles. Cierta vez, la
pintora preguntó al ángel que cómo era el rostro de Cristo. Al día siguiente,
apareció en el umbral de su puerta un carpintero, que le dijo que él sería su
modelo para el retrato que ella estaba buscando. Ese era el rostro de Cristo.
Cuando el
padre del niño estadounidense, mostró a su hijo ese cuadro pintado por la niña,
el niño dijo que “ese” era el rostro de Cristo que él había visto en el cielo.
Esto es lo que yo llamo de MILAGRO. Por qué milagro? Porque el milagro ocurre
cuando un acontecimiento – aparentemente una coincidencia o acaso – provoca en
tu alma un profundo alivio y paz espiritual. Si estamos atentos a las señales a
nuestro alrededor, ciertamente seremos capaces de percibir esos milagros que
ocurren todos los días en nuestras vidas.
Este es el
famoso retrato de Cristo.
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