terça-feira, 10 de maio de 2011

LA HORA MÁGICA


La quietud del amanecer es mi hora favorita del día. El límite entre la noche y el día, cuando la ciudad iridiscente y adormecida se despereza en una energía suave y deliciosa. En esas mágicas horas puedo escuchar los latidos de mi corazón; puedo “aprehender” los pensamientos más inspiradores de mi mente, y puedo sentir la presencia de Dios en mi vida. En el amanecer, me siento mucho más completo. A veces, incluso consigo comprender mejor los “ meandros de mi propia existencia”.

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