segunda-feira, 3 de junho de 2013

REMINISCENCIAS KEATSIANAS II


En principio fue la vida

Y la vida era plácida y tranquila,

y la vida me proporcionaba alegría.

Después, vino la juventud

y con ella el amor,

no un amor cualquiera,

pues cualquiera no puede ser amor

Hablo del amor verdadero:

Aquel que penetra en las membranas

más finas del corazón.

Y la vida se hizo más colorida

Y cambió de tono a mi existencia

Y el amor se hizo presente,

con todo su esplendor exuberante

Y después, el amor se fue

Como todo en la vida que fenece

Que suave y tranquilo desaparece

Y entonces, te busqué en mis sueños,

en mi soledad, en mis noches de llanto,

en mis recuerdos de antaño,

en los amaneceres de cada año

Y entonces, has venido

para volver a darme alegría,

para recordarme que, siempre, siempre

Con el amor, renace la vida.

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