Sin duda,
AÍDA de Giuseppe Verde es una de mis óperas italianas favoritas. Cuando comparo
el drama verdiano con el alto romanticismo Wagneriano de TRISTAN UND ISOLDE, me
doy cuenta que la historia de la esclava etíope
y su amor por el egipcio Radamés, me emociona en grado sumo.
Y es que vi
esta monumental ópera en el Municipal de São Paulo, con la Orquesta Sinfónica
Municipal, brillantemente dirigida por el maestro John Neschling, quien hace
poco tiempo asumió la dirección del Municipal. Bajo el comando del ex director
de la OSESP (Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo), y a quien se debió la
construcción de la Sala São Paulo y el de haber colocado a la OSESP en el tope
de las grandes orquestas del mundo, tiene fama de hacerlo todo bien y de la
mejor manera posible.
El
Municipal, recientemente reformado y embellecido, con sus 102 años de
existencia es el escenario, más que justo, de esta puesta en escena que tiene
como protagonista a la soprano uruguaya María José Siri, delicada y totalmente
con el control de las posibilidades vocales y escénicas que el papel demanda en
el papel de AÍDA. El rol de Radamés, con el tenor estadounidense Gregory Kunde
de sólidos agudos fáciles e buena presencia escénica; y del tenor, también
estadounidense Stuart Neill. Los bajos
son dos brasileños : Luiz Otávio Farias y Carlos Eduardo marcos, con excelente
desempeños en el papel de AMONASRO y del Faraón. El suplente de Farias ha sido
el bajo inglés Anthony Michael Moore,
también muy bien recibido por la crítica.
En los
papeles de AMNERIS, las mezzosopranos: Tuija Knithlá ( de voz cálida e intensa)
y la italiana Laura Broli. La concepción escénica es del italiano Marco
Gandini. Y qué decir de la Orquesta Sinfónica Municipal. Es simplemente
extraordinaria. Con Neschling a la batuta, la orquesta alcanzó un desempeño
nunca antes visto. Neschling mantiene la fluencia del discurso musical a partir
de la creación de ambientes sonoros distintos, ora en las texturas que explora
a partir del preludio inicial, ora en el Cuarto Acto, cuando la dureza de la
escena en que AMNERIS acompaña el juicio de Radamés y, finalmente, el lirismo
del dueto final entre Aída y Radamés.
No puedo
dejar de mencionar la actuación del Coro Municipal y del Ballet Municipal. La
pomposa Marcha Triunfal con su característica entrada dramática, arrancó
aplausos del público. Cada acto, escena e interpretación, así como cada aria
cantada, me emocionaron a tal punto que llegué a la conclusión de que, VERDI,
ciertamente consigue penetrar en las membranas más íntimas de mi sensibilidad
artística, con su dramática y elegante obra prima.
Nenhum comentário:
Postar um comentário