¿Cuál es el
secreto del éxito de esta serie televisiva inglesa en toda Europa y en los
Estados Unidos?. Quizá para responder esta cuestión nos remontemos a la
Inglaterra de inicios del siglo XX.
El sistema
aristocrático ingles ha permeado la sociedad británica con reglas sociales de
convivencia y educación que esta serie nos proporciona en grado sumo.
Los
meandros de la relación amo y siervo, traducido en el siglo XXI como de
Empleador y Empleado, es la base de esta historia llevada a la pantalla chica
con maestría por el genial director Julian Fellowes, que también firma el
guión. Sin duda la actuación de Maggie Smith como Lady Grantham, la Condesa
viuda, es un primor. La presencia de la aclamada actriz británica es “per se”
un éxito asegurado. Las relaciones de la familia Crowley encabezada por Lord Grantham
(Hugh Bonneville) y los empleados, forman parte de una trama tan bien elaborada
teniendo como paño de fondo los más importantes acontecimientos del incipiente siglo:
el hundimiento del Titanic (1912), la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y las
luchas sociales en la Gran Bretaña de inicio de los años 20, bajo el reinado de
Jorge V (1910-1936).
La gran
guerra había cambiado, en gran parte, la vida de la aristocracia rural inglesa
que, para sobrevivir, necesitó “aggiornarse” con el advenimiento del
corporativismo industrial. Pero los cambios parecen llegar suavemente a Downton
Abbey que duerme su sueño de princesa mientras a su alrededor el mundo parece
desmoronarse en una antagónica lucha entre los “viejos buenos tiempos” y la
modernidad del nuevo siglo.
Vale la
pena verla.
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