sábado, 3 de agosto de 2013

DOWNTON ABBEY




¿Cuál es el secreto del éxito de esta serie televisiva inglesa en toda Europa y en los Estados Unidos?. Quizá para responder esta cuestión nos remontemos a la Inglaterra de inicios del siglo XX.

El sistema aristocrático ingles ha permeado la sociedad británica con reglas sociales de convivencia y educación que esta serie nos proporciona en grado sumo.

Los meandros de la relación amo y siervo, traducido en el siglo XXI como de Empleador y Empleado, es la base de esta historia llevada a la pantalla chica con maestría por el genial director Julian Fellowes, que también firma el guión. Sin duda la actuación de Maggie Smith como Lady Grantham, la Condesa viuda, es un primor. La presencia de la aclamada actriz británica es “per se” un éxito asegurado. Las relaciones de la familia Crowley encabezada por Lord Grantham (Hugh Bonneville) y los empleados, forman parte de una trama tan bien elaborada teniendo como paño de fondo los más importantes acontecimientos del incipiente siglo: el hundimiento del Titanic (1912), la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y las luchas sociales en la Gran Bretaña de inicio de los años 20, bajo el reinado de Jorge V (1910-1936).

La gran guerra había cambiado, en gran parte, la vida de la aristocracia rural inglesa que, para sobrevivir, necesitó “aggiornarse” con el advenimiento del corporativismo industrial. Pero los cambios parecen llegar suavemente a Downton Abbey que duerme su sueño de princesa mientras a su alrededor el mundo parece desmoronarse en una antagónica lucha entre los “viejos buenos tiempos” y la modernidad del nuevo siglo.

Vale la pena verla.

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