Noche
entumecida
donde el aire seco
fragua con el silencio,
y la sequedad
de un agosto nocturno.
Aire poblado de recuerdos
que se mezclan con el
profundo sueño de la noche
estrellada.
Esta noche,
las estrellas brillan,
a través del pálido colchón
de nubes y hastío.
La noche celebra
el fin placentero
de una jornada más,
alternada de memorias y vivencias.
Nocturno seco y
plagado
de inconmensurable
deseos e ilusiones.
Noche silenciosa
en que la existencia
parece dormitar entre
futuros y estrellas.
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