Ellos, guardados en las cámaras secretas de mi propia inconsciencia son:
- El amanecer iridiscente de mi ciudad.
- Las nieblas invernales que cubre mi existencia.
- El maravilloso sol de estío.
- La brisa de primavera.
- La timidéz del rocío en una mañana de otoño.
- Las asombrosas lluvias de verano.
- Una tarde en un museo cualquiera.
- Correr al encuentro del viento escuchando mis óperas favoritas.
- Leer un buen libro en una tarde cualquiera.
- La imponente soledad de las montañas.
- Mis poemas preferidos que engalanan mis mañanas de domingo.
- Los "ñoquis"dominicales de mi infancia.
- El primer encuentro con el mar.
- Los grandes amores de mi vida.
- Una sesión de cine, un día cualquiera.
- Apreciar emocionado una pintura impresionista.
- Las melodías de Debussy que me inspiran a escribir.
- Escribir, escribir, escribir, y después,
- ¡Sonreir con beneplácito!.
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