MUNDANIDAD Y ESPIRITUALIDAD
EN “LA GRANDE BELLEZA”
La dualidad
entre lo mundano y lo espiritual ha sido siempre un gran tema entre los
directores italianos desde Fellini. Pues bien, LA GRANDE BELLEZA (LA GRANDE
BELLEZZA), el largometraje del italiano Paolo Sorrentino, candidato al Oscar
2014 como mejor película extranjera, tiene como trama estos dos opuestos del
hombre desde la perspectiva de un “bom vivant” vivido magistralmente por el
actor Toni Servillo, como Jep Gambardella, escritor que, perambulando por la
Ciudad Eterna, queda fascinado tanto por su mundanalidad como por su
espiritualidad.
El
protagonista es sublime y cínico. Desde su magistral terraza frente al Coliseo,
ve pasar la banalidad de la Alta Sociedad. El viaje que nos muestra la película
es simplemente fantástica. La fotografía de Roma es bellísima, la música de
Lele Marchitelli nos evoca a Fellini en “8y ½”(1963) ; en “Roma” (1972) cuando la cámara
cinematográfica nos muestra los mejores ángulos de la capital italiana. Los
enredos y cotilleos de la alta sociedad nos evoca a “La Dolce Vitta”(1960).
De todos
modos, es una de las más sensibles e interesantes películas que he visto en
este verano. Ha sobresalido en el Festival de Cannes 2013 y ciertamente, sería
una injusticia que no llevara la estatuilla.
¿Por qué no
hemos de querer sentir nostalgia, cuando vemos el futuro como incierto? Es una
de las ideas centrales que extraigo de este verdadero, cine de arte.
Nenhum comentário:
Postar um comentário