quarta-feira, 8 de maio de 2024

VIVIR LA VIDA

 



¡Qué difícil es vivir! Cuánto reto y cuánto valor se requiere para vivir. La vida a veces grita nuestro nombre y tenemos la opción de responder a su llamada o ignorarla.

Vivir es una tarea hercúlea y durante el largo periodo de tiempo en el que vivimos, existimos. Experimentamos aventuras, nuevos comienzos, nuevas posiciones, nuevas realidades.

Podemos tener la sensación de que la vida es rápida, o quizá un poco lenta. A veces parece etérea o efímera, y a veces está llena de vitalidad y fuerza.

También es difícil vivir entre tiempos muertos. Cada individuo tiene su lado oscuro, su momento árido, su tiempo muerto. Mi tiempo muerto es cuando no escribo, cuando no llega la inspiración. No siento que mi vida sea en vano; no, simplemente está temporalmente desierta y árida. Es un tiempo vacío, un tiempo muerto. Es entonces cuando yo también estoy muerto.

Por eso, vivir entre tiempos muertos requiere mucho valor y mucha frialdad. Requiere extraer de lo más profundo de nuestra esencia toda la fuerza interior, toda la fe en la propia vida que estamos viviendo.

Vivir es también un acto de gratitud por «ser» y por «estar». Es tener el misterioso poder de expresar todo lo que sentimos, y reunir todas nuestras experiencias, nuestros pensamientos, nuestras creencias y actuar en consecuencia. Vivir es tener el coraje y la audacia de decir «SÍ» a cada afrenta, a cada obstáculo, a cada pérdida, a cada efímero momento de felicidad. Vivir es sentir la plenitud de ser y formar parte de un todo; una partícula vital del propio universo, una parte infinita y fundamental de la Creación.

Vivir la vida para mí es dejar un haz de estrellas con las palabras de mis pensamientos allá donde vaya, en cualquier órbita dónde me encuentre.

 

“La vida no es la que uno vivió, sino la que no recuerda, y cómo la recuerda como para contarla”

Gabriel García Márquez, escritor colombiano (1927-2014)


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