terça-feira, 18 de maio de 2010

DECENARIO DEL ESPIRITU SANTO (II)


DON DEL CONSEJO: A través de este don, el Espíritu Santo nos agudiza la prudencia y el camino que debemos seguir en nuestra vida. Según el plan divino trazado a nuestra vida, este don nos muestra las mejores soluciones, las decisiones, los actos que debemos hacer, etc.
Siempre siguiendo ese trazado divino. A veces en la vida estamos en dudas sobre qué hacer y qué camino tomar. El don de consejo nos ofrece esas “intuiciones” o “llamaradas” que, prudentemente nos conduce hacia buen puerto.
La oración es el camino más seguro donde el Espíritu Santo nos provee de este don.

DON DE PIEDAD: Este don nos mueve a tratar a Dios con la ternura y el cariño de un buen hijo con su padre y a los demás hombres.
El Espíritu Santo, mediante este don, nos enseña y facilita el trato confiado de un hijo con su padre.
Este don nos ayuda a entregarnos a la voluntad divina. Como padre amoroso, Dios quiere lo mejor para nosotros. También el don de la piedad aumenta nuestra devoción a los ángeles, a la Santísima Virgen, a las benditas ánimas del purgatorio y todo lo que no acerca a Dios.
Nos mueve a honrar a nuestros padres de la tierra, extensión del amor a nuestro padre eterno del cielo y finalmente produce una gran alegría en nuestra alma. La alegría que es característica de los hijos de Dios, nos hace sembradores de paz y felicidad por donde pasamos.

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