Hoy recordé una vieja canción de mi infancia que decía:
“Una sonrisa puede más que todo, si te sientes triste, si te sientes sólo, busca una sonrisa que te hará feliz”.
El valor de una sonrisa siempre se traduce en esperanza. Siempre hay una esperanza cuando hay luz y si esa luz está envuelta de sonrisas, entonces, la esperanza fluirá como un río de agua cristalina por el sendero de nuestra vida.
Muchas veces estamos en medio de situaciones tan difíciles que olvidamos de sonreír, sonreír a los demás y a nosotros mismos. Sonriendo modificamos nuestro humor y el día a día se transforma dando paso a la serenidad y a la mansedumbre.
Que seamos siempre hombres y mujeres sonrientes. A pesar de las amarguras de la vida y de sus embates, nunca perdamos la capacidad de sonreir.
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