segunda-feira, 31 de maio de 2010

RIO, POR SIEMPRE RIO


Las aguas azules del mar
besan tus orillas.
La inmensidad de tus montañas
lamen tus arenas blancas.
El viento,
recorre tus calles
buscando justificar,
el eterno estío.

Tus monumentos
parecen inmutables
ante el esplendor
de tus playas
y de tus bosques

Bendecida por Dios,
tu naturaleza celebra
la fastuosidad de tus
largos veranos.

Ciudad maravillosa
eternamente ensalzada.
Eres la joya de los trópicos
Por siempre recordada
Por siempre amada.

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